Al trabajar en deportes de alta intensidd y corta duración primero debemos poner el foco en el metablismo energético de este tipo de actividades, las cuales dependen principalmente de la vía anaeróbica. Para mejorar el rendimiento de cada sistema energético podemos recurrir a la suplementación, para así abastecer las fuentes de energía implicadas en el deporte y extender la utilización de estas vías. Conoce más sobre estos sistemas energéticos en el siguiente enlace.

El segundo enfoque que debemos considerar es la composición corporal. Muchos de estos deportes requieren realizar un desplazamiento del cuerpo a alta velocidad (como 100 y 200m en atletismo), capacidad que se ve beneficiada con un bajo nivel de grasa corporal. Por otro lado, en deportes que se requiere desplazar objetos externos, como el caso de la halterofilia o lanzamiento de bala, suele ser beneficioso tener un mayor centro de gravedad, lo cual se relciona directamente con un mayor nivel de grasa abdominal. Sea cual sea el objetivo antropométrico, podemos implementar indicadores como el porcentaje de grasa, somatotipo o sumatoria de pliegues para guiar nuestros objetivos.

En deoprtes de larga duración como lo son pruebas de 5 y 10K, debemos poner el enfoque en el metablismo energético de este tipo de actividades, las cuales dependen principalmente del metabolismo aeróbico, es decir, la oxidación de las reservas de grasas y carbohidratos. Para mejorar el rendimiento de cada via y sustrato utilizado podemos implementar periodos de carga nutricional, repletando nuestras reservas de energía previo a la competencia.

El segundo enfoque que debemos considerar es la composición corporal. Estos deportes suelen favorecerse de ciertas características físicas específicas, como un nivel de grasa corporal bajo, o una menor masa por unidad de altura. Para observar esto podemos guiarnos de indicadores como el porcentaje de grasa corporal y el somatotipo de cada deportista.